jueves, 3 de diciembre de 2009

Cuestión de educación

Hay que ver lo egoístas que somos, lo mucho que nos miramos el ombligo y lo poco que miramos por los demás y sobre todo lo bien que se nos da hacernos los tontos cuando queremos.

Ayer me tuve que coger el metro para ir a unas clases de ejercicios para embarazadas y cual fue mi sorpresa que en hora punta con todos los asientos ocupados y yendo como latas de sardinas nadie, absolutamente nadie se levantó para cederme el sitio. Estoy ya en la fase que no se puede ocultar que estoy embarazada, es decir, me miras y te das cuentas que voy con un barrigón por lo que la opción de no levantarse por si acaso no estoy embarazada queda descartada. Por eso aluciné con la poca educación de la gente, verme me vieron, de eso estoy segura.

La próxima vez y dado que no se puede confiar en la buena voluntad de las personas me acercaré al asiento reservado para embarazadas y haré que se levante la persona que está allí sentada aunque creo que eso no debería de ser necesario.

En fin, decidí no enfadarme porque al fin y al cabo el berrinche me lo iba a comer yo solita y eso tampoco es, las malas vibraciones fuera.

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